lunes, 10 de marzo de 2014

Persuasión en la política... ¿empresarios disfrazados de políticos?

  • Análisis libro "Teoría Económica de la Acción Política en una Democracia" de Anthony Downs

  • Cada vez más empresarios se suman a las filas de los grupos políticos con un solo objetivo, beneficiarse de los “favores políticos”, aquellos que se logran una vez que nuestro candidato gana las elecciones y asume el poder. La política ha evolucionado a tal forma que ahora es cada vez más común encontrarnos a empresarios envueltos en la política, y políticos que logran afianzar sus negocios gracias a la política. Hoy en día la política puede ser considerada sinónimo de corrupción; quien está en la política logra grandes beneficios, son las voces que se escuchan de ciudadanos, periodistas y gente envuelta en la política.
     
    Anthony Downs nos plantea -en su libro Teoría Económica de la Acción Política en una Democracia- como la política se ha convertido en el negocio del poder, cómo la obtención de votos es la pelea constante entre quienes han utilizado a la política como su medio para obtener ingresos de manera fácil, pareciendo profesionales y conservando sus puestos.
     
    Un fuero político los defiende, no hay nadie que persiga a los empresarios disfrazados de políticos y viceversa, y es que todos están coludidos, siempre hay una cadena que sigue a cada peldaño del organigrama dentro de un departamento, secretaria o institución.
     
    Como cada sector social, los empresarios han encontrado en la política el negocio de toda una vida, el negocio que te permite escalar de puesto en puesto siempre beneficiándose del control y poder que da ser la máxima autoridad de un lugar, una región o una sola dependencia.
     
    Así nos encontramos a líderes empresariales u hombres de éxito que son atraídos a la política, vendiendo votos a cambio de un puesto que les da el pase a la ambición, y es que no puede ser descrito de otra manera, la política es ya una ambición.  ¿Abandonar la política habiendo probado el poder? ¿Quién habrá visto eso antes?
     

    Se inician como empresarios que respaldan campañas, compra de votos y triunfos “electorales”; se benefician del poder comprado, con compras o supuestas licitaciones, contrataciones que terminan siendo adjudicaciones directas. En otros casos, aceptan las “gracias” a su favor con el nombramiento de un puesto directivo o secretariado, después invitan a la familia hasta convertir a la política en el reino del nepotismo. Una vez en el poder, buscan ser ellos los postulantes, se ofrecen como producto para ser votado, negocian con otros más votos a su favor, es ahora el mercado de la política, el mayor negocio.
     
    ¿Pero cómo adquieres el voto ciudadano? ¿Cómo se influye en el voto? Es ahí donde aparecen los medios de comunicación, otro gran negocio. Dice Downs “mientras mantengamos el supuesto del conocimiento perfecto ningún ciudadano puede influir en el voto de otro”, con ello se refiere a la persuasión y la ignorancia, el poder de la información.
     
    Claramente coincido, cuando una persona asume su responsabilidad ciudadana y defiende su derecho a la información, nada podrá engañarle, nada podrá hacerle cambiar de parecer cuando una idea está bien asentada. “Si el individuo se comporta racionalmente, ningún tipo de persuasión puede hacerle cambiar de opinión. Pero cuando aparece la ignorancia, el claro camino que conduce a la estructura de preferencias a la decisión de voto se obscurece por falta de conocimiento”, es ahí cuando los persuasores se hacen efectivos y proporcionan los hechos.
     
    Muchos políticos, mercenarios del voto, utilizan la persuasión para comprar votos, apuestan por la ideología compartida, centrar la atención del electorado confundido hacia una ideología que representa ya un producto de marca, sólo debe ser difundida, imitada y sumar adeptos, como producto recién salido del mercado.
     

    Pero ¿qué nos convierte esto? ¿En consumidores del mercado? Nos hemos convertido en los clientes potenciales de quienes buscan nuestro voto, nuestra huella marcando el partido que los llevará al triunfo. Somos ahora consumidores de la política. Sólo el poder de la información nos separa de este consumismo, nos hace ser dueños de nuestras decisiones, de nuestro pensamiento, de lo contrario, la falta de información y el desconocimiento nos convierte en clientes potenciales del engaño de una plataforma política.
     
    Comparto la hipótesis expuesta por Anthony Downs, sobre el uso de la democracia por parte de los partidos políticos como medio para obtener votos, sin embargo, en nuestro papel como ciudadanos, debemos ejercer nuestros derechos, el acceso a la información y el generar información de calidad y alto conocimiento.
     
    Para lograr una democracia efectiva y un sistema de gobierno estructurado, expone Downs, debemos apostar por los sistemas bipartidistas sobre el multipartidismo. Claros ejemplos de la historia nos han revelado la efectividad de este modelo, pero resulta entendible si partimos de la complejidad que generan los multipartidos, acentúan diferencias y disminuyen el consenso, menor aportación a la democracia. *
     
    *Diplomado Análisis Político del Instituto Guanajuatense de Ciencias

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